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Día Mundial contra la Hepatitis – 28 de julio

By julio 28, 2015noviembre 20th, 2017No Comments

La infección crónica por los virus de las hepatitis B (HBV) y C (HCV) representa hoy un serio problema para los programas de salud, con elevados costos para las instituciones públicas y privadas.

En la actualidad el HCV es la etiología más frecuente de hepatitis crónica, el principal factor de riesgo para hepatocarcinoma y la indicación más frecuente de trasplante hepático en adultos. La infección por el virus de la hepatitis C (HCV) evoluciona a la cronicidad en el 80 a 90 % de los casos. Se estima que 1 al 2% de la población mundial está infectada por el HCV, lo que equivale a 300 millones de portadores crónicos  si el comportamiento epidemiológico fuese similar. Extrapolando esta prevalencia a nuestro país existirían 35.000 a 70.000 portadores del virus (500-1000 en Maldonado), 17.500 pacientes con cirrosis y 2.625 con hepatocarcinoma.

La mortalidad tiende a incrementarse. En el 2001 murieron 8.000 enfermos por hepatitis C en EEUU y se estima que el número de fallecimientos será mayor a 20.000 del 2010 al 2019, con un costo directo de 10.7 billones de dólares (Wong J. B y col; 2000).

En cuanto a la morbilidad, dado que el riesgo de complicaciones se relaciona directamente con la duración de la infección, el panorama para los próximos años es que los trasplantes por hepatitis C aumentarán un 528%, las cirrosis descompensadas un 279%, las muertes por hepatopatía un 223% y la aparición de hepatocarcinomas un 68% (Davis G y col, 1998).

Respecto al virus B (HBV), existen más de 300 millones de portadores en el mundo, de los cuáles aproximadamente 1 millón mueren anualmente por enfermedad relacionada al virus. Del 15 al 40% de los infectados en forma crónica, desarrollarán cirrosis, falla hepática y hepatocarcinoma (Lok A; 2005)

A pesar de disponer de una vacuna efectiva para el HBV, la tasa de hospitalización, cáncer y muerte relacionada al virus en EEUU, se ha duplicado durante la década pasada.

Las hepatitis crónicas virales son característicamente anictéricas y asintomáticas, aún en estadíos avanzados. Esto constituye un  factor contribuyente al subdiagnóstico y a la propagación de estas enfermedades.

El uso intravenoso de drogas, especialmente en los adictos que comparten agujas, y el antecedente de transfusiones de sangre antes de 1990 constituyen los principales factores de riesgo. Sin embargo, en el 30-40% de los pacientes no se registran antecedentes parenterales o vía de transmisión.

Los Bancos de Sangre representan en la actualidad los centros de vigilancia más importantes para ambas enfermedades pero solo para una población de bajo riesgo como son los donantes de sangre.

Hoy disponemos de tratamientos efectivos con los cuales se obtiene la curación (HCV) o remisión prolongada (HBV) en el 50-60% de los casos. Se ha demostrado que el tratamiento antiviral es costo-efectivo y que su instrumentación disminuye significativamente el gasto en salud vinculado a estas enfermedades.

En Uruguay no existen datos de prevalencia de estas enfermedades en población general. Los únicos datos de prevalencia que existen son en grupos de alto riesgo como son los usuarios de drogas endovenosas (VHB (+) 19,5% y VHC (+) 21,5%) o inhalatorias (HBcAc (+) 10,4%, HBsAg (+) 1,4% y VHC Ac (+) 10,1%) (Osimani ML; 2005), hemofílicos (VHC Ac (+) 90%) o insuficientes renales en hemodiálisis (VHC Ac (+) 14%) (Galzerano J; 2002), y en grupos de bajo riesgo como son los Bancos de Sangre (HBcAc (+) 2,75%, HBsAg (+) 0,41% y VHC Ac (+) 0,43%) (SNS 2002).
Conocer la prevalencia en nuestra ciudad nos permitiría centralizar la información facilitando su monitorización epidemiológica captando los enfermos para ser tratados precozmente.

Dra. Carla Bianchi

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